martes, marzo 28, 2006

EL MODELO CATALÁN DE CONSELL DE LES ARTS

La cultura es cosa de todos
Mieras ultima la ley que abre a la sociedad civil la gestión de la política cultural

La Vanguardia. 28/03/2006
JOSEP MASSOT
Barcelona

Será un consejo asesor con una parte decisoria". Así zanjó ayer la consellera Caterina Mieras el debate sobre si el futuro Consell de les Arts i de la Cultura sería un organismo decorativo o realmente ejecutivo. Será consultivo en la elaboración de las líneas estratégicas y decisorio en la concesión de ayudas a la creación (no a la industria, ni a la cohesión territorial...). Una fórmula mixta para dar entrada por primera vez a la sociedad civil en la definición y concreción de las políticas culturales. Finalizada la etapa en que el documento ha sido debatido con el sector, el Govern inicia hoy los trámites para enviar la ley al Parlament a finales de abril o principios de mayo. La intención es que pueda estar aprobada en diciembre y el Consell se constituya antes de que expire la legislatura.

¿QUÉ ES UN CONSELL DE LES ARTS? No hay antecedentes en España ni en países latinos. El modelo está inspirado en el Arts Council de Keynes (1946): un organismo no gubernamental constituido por prestigiosas personalidades independientes que deciden las ayudas al fomento de la cultura. La ley está incluida en el pacto del Tinell.

UN KEYNES CATALÁN. Pasqual Maragall encargó a Josep Maria Bricall el diseño del modelo catalán de Consell de les Arts. Bricall, tras mantener casi trescientas entrevistas con representantes de la cultura catalana, entregó hace ahora un año un texto de más de cuarenta páginas, en el que se esforzó por garantizar la transparencia y la independencia del Consell, tanto de los intereses del sector cultural como de la inercia centrípeta de la Administración. La Conselleria de Cultura lo ha transformado ahora en anteproyecto de ley.

COMPETENCIAS. El anteproyecto recorta un tanto el poder ejecutivo que Bricall había previsto: el Consell no "elaborará" el programa plurianual, sino que "colaborará" en el ordenamiento de la política cultural, participará en la definición del programa marco y velará por el desarrollo de la actividad cultural. El poder ejecutivo se centra en "decidir sobre el destino de los fondos de promoción y fomento a la creación artística y cultural de acuerdo con el programa marco del Govern" y a conceder los Premis Nacionals. Desaparecen otras potestades, como informar sobre los nombramientos de los centros culturales. La consellera Mieras argumenta que un gobierno no puede renunciar a desplegar una política cultural propia, refrendada por las urnas.

¿QUIÉNES LO FORMARÁN? El presidente del Consell será nombrado por el presidente de la Generalitat (el texto incorpora la corrección política: "pel/ per la president/ a de la Generalitat"); el vicepresidente, por el pleno, y el director, por la cnselleria. La comisión de ayudas, que será la que decida finalmente las subvenciones a partir de una lista elaborada por otra comisión de expertos, será paritaria -tres miembros del Consell, tres de la conselleria.

En caso de empate, el presidente del Consell tendrá voto de calidad. Este último punto había sido descartado por la conselleria y recuperado tras demanda del sector, representado por la plataforma de asociaciones culturales. El pleno constará de catorce miembros.

¿QUIÉN LOS NOMBRARÁ? El presidente de la Generalitat -oído el sector- presentará al Parlament una lista cerrada de catorce nombres (o salen todos o se vuelve a empezar), ya que la lista ha de estar compensada (edades, territorios, géneros artísticos...). Bricall había previsto tres miembros más propuestos por el Parlament, cifra que la conselleria había elevado a cinco. En el texto actual, tras la petición de la Plataforma, esta cuota parlamentaria ha desaparecido. Mieras ha renunciado, de momento, a exigir la paridad hombres-mujeres.

DINERO PÚBLICO, INTERESES PRIVADOS. Los legisladores quieren evitar tanto el dirigismo como el que se pueda dejar la gestión del dinero público a personas que pueden beneficiarse de las ayudas. Por eso establece un régimen estricto de incompatibilidades: cargos administrativos, políticos o asociativos y personas "con intereses en empresas o actividades que puedan afectar al ejercicio imparcial de sus funciones en el Consell". Un reglamento posterior detallará lo que se entiende por "intereses" y las condiciones específicas. El plazo máximo para redactar los estatutos es de seis meses, aunque la conselleria promete tenerlos antes.

PRESUPUESTO. ¿De cuánto dinero dispondrá el Consell? La consellera no lo cuantifica. Tendrá un fondo propio, surtido por los presupuestos de la Generalitat y aportaciones privadas, sujetas a los controles administrativos. No todas las ayudas a la creación serán cosa del Consell. Por ejemplo, ¿el dinero para Temporada Alta de Girona será competencia del Consell o se lo reservará en solitario la conselleria en concepto de cooperación local?

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